las cosas que no puedo ver
nunca me han interesado, no como
todo lo que ya he visto.
recojo la experiencia ajena
la aovillo en las manos, la guardo
la froto, aspiro, muerdo
abono con pesares pensamientos,
observo la flor,
aguada.
¿en una flor, qué tiempo cabe?
las cosas que no puedo ver
no me han hecho daño, no tanto
como las conservadas.
¿cómo comunicar la flor?
acotar el verano.
¿dormir en el calor oculto
de la cigarra?
la hormiga exprime piedras,
cada día por menos zumo.
todas las flores
la amenazan.
¿cómo entender la flor,
sin trabajarla?
¿cómo hablar de las cosas
de las que siempre hablamos.
cómo importan
martes, 15 de julio de 2025
no sé cómo has llorado
los días que estabas sola.
si eras mar o acantilado.
no sé si las lágrimas
te quemaban los dedos,
si pensabas:
soy un bebé en brazos.
si el cuerpo se partía en dos,
no sé. no sé. sé
que elegiste las flores
el sermón y la madera,
última foto suya,
últimos ojos, últimos.
sé que en varias semanas
no visitaste.
que colocaste el mármol
(era un puente)
y más flores
(no sé cuáles).
te abrazarían las piedras
para que yo te entendiera
para que yo te pudiera
acaso entender
te perderían las olas
para entenderte
me partiría
sería un bebé
tendría
tu foto última, última.
pero no tendría
una madre.
deseo que los desafortunados
no existan.
deseo no ver a los que cruzan la calle
y duermen en colchones grises el sueño de la canícula,
a los que buscan la caléndula en todas las sustancias
y desparraman a sus hijos por el asfalto calcinado.
deseo cerrar los centros de menores
y dejar que los niños se rompan en pedazos.
deseo un muro inmenso a mi alrededor
y una mayoría absoluta en el congreso de los diputados
o en su defecto un pacto
con el partido popular,
deseo todas las encuestas y todos los programas,
deseo -con ansia- toda tu atención.