duermo en una habitación
reconstruida. la forma
de mi cuerpo es la forma
de otros cuerpos sobre
esta cama inmensa.
llena de polvo.
cuántas veces de pie
ante este espejo.
las plantas frías
sobre el suelo color
verde años setenta
y mi cuerpo desnudo
cárdeno y blando
años noventa.
una llamada telefónica
con mi primera novia,
allá en dos mil trece.
la alegría agotadora
no cabía en estas paredes
así que se acabó
sin yo saberlo.
por la puerta se filtra
grave, incipiente,
la voz de
mi hermano
desde una época futura.
cierro los ojos
en sus mejillas ásperas
y aún espero
besos lampiños.
solo es mi madre
que tiende sábanas
en la terraza.
su olor es mezcla
de suavizante
y primavera.
el centro de mis huesos
recuerda dormir juntas
veinte años atrás.
con ambas manos cubro
el contorno de una taza
caliente y hablo
con mi abuela
de personas muertas
ignorando sus lapsus de memoria.
la música de las películas
es una isla en el paso
del tiempo.
este domingo
soy eternamente
vieja.
domingo, 27 de mayo de 2018
lunes, 14 de mayo de 2018
señor del asco
a las tres de la
tarde
suenan las
lavadoras
y el calor se
amontona
sobre el patio
de luces.
y los cuerpos
hinchados
son verticales
las canciones
mojadas
cubren paredes.
niña, abre los
ojos,
abre tus ojos
totalmente
y guarda cada
ruido
donde guardas lo
sucio
lo malvado lo
antiguo
(lo familiar)
los ronquidos
del padre.
los pasos de
gacela
muriente de la
madre.
las
conversaciones que no entendemos.
el vientre que
insinúa
un caballo de
troya
de siete meses.
y él, él que
posee todo
a todas
señor del asco
el ruido.
el dolor.
él que no vive
que es una llama
y un desecho.
un dios
que ronca
en la penumbra.
dios del dolor
si hablas
flojito
no te
verá.
si andas
rápido
podrás es
caparte.
dios del ruido
los cuerpos
hinchados
son verti
cales
la canción des
ciende por las
pa
redes
dios del asco
todo este tiempo
ha sido tarde
mira hacia
abajo:
observa tus
piernas
crecer.
miércoles, 2 de mayo de 2018
subes a un autobús
a trescientos kilómetros
de mí de mí
de las centellas
distraídamente mandas mensajes
de socorro a todos tus amigos
alguno llega
también a mí
lo ignoro
quince minutos
descansas la frente
contra el cristal
el frío te
devora
el pecho
la espalda
también las manos
y continúas buscando
alguna conexión
alguien en línea
en este momento
mientras el bus avanza
y en tu cara
brillan residuos
de luz tras la pantalla.
y tú cierras
los ojos respiras
hondo duermes
escasos segundos
en este interurbano que no llega
en este interurbano que se marcha.
tú esperas.
también vacía.
también yo.
a trescientos kilómetros
de mí de mí
de las centellas
distraídamente mandas mensajes
de socorro a todos tus amigos
alguno llega
también a mí
lo ignoro
quince minutos
descansas la frente
contra el cristal
el frío te
devora
el pecho
la espalda
también las manos
y continúas buscando
alguna conexión
alguien en línea
en este momento
mientras el bus avanza
y en tu cara
brillan residuos
de luz tras la pantalla.
y tú cierras
los ojos respiras
hondo duermes
escasos segundos
en este interurbano que no llega
en este interurbano que se marcha.
tú esperas.
también vacía.
también yo.
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