domingo, 14 de enero de 2018

deseo marcharme
en una balsa de plástico
a tierras donde no escuche
palabra conocida.
quiero ser extranjera
entre un millón de hormigas
comer plantas extrañas
y enterrar mi cuerpo en arena.
y así olvidaré
que existen las palabras
y así olvidaré
cómo hieren las palabras
que regalamos a los niños.
palpo con los dedos
los bordes de la herida
que late al ritmo
de mis sollozos
y miro con suspicacia
mis dedos manchados.
no queda pureza
en los campos que el sol tuesta
ni en el cadáver tumbado
de la mujer ojerosa
de manos ensangrentadas.
quiero ser extranjera
para no oír jamás palabra conocida
y arrancarlas poco a poco
de mi corazón
fingir que nunca estuvieron
en primer lugar
marcharme de esta tierra marrón
mirando atrás muchas veces
y preguntándome si es la decisión correcta
huir, olvidar, morderme los brazos
cobardemente
para no ver quién me necesita.
y volver a nacer varios meses después
como otra persona nueva
con nuevas palabras
en la vana ilusión
de comienzo limpio
que son los propósitos de nuevo año.