martes, 29 de marzo de 2016

te maquillas
despacio
mientras no te miro
con un lápiz
moreno y delgado
un chico andaluz
que sale de algún lago
ni verde ni azul
-tu color favorito:
lo indeterminado-
y entonces te veo
antes de irnos
a Kansas
o algún rincón
de Tenerife de indudable parecido
con lo que siempre pensé que sería
mi cabeza una vez huyeran
los pájaros malditos que llevo atados a
algún lugar cercano al lóbulo
una vez huyeran
los veranos rotos
y sin lugar a dudas
el ruido de la tele.
Resulta que llevas
pintados los ojos
parecen piscinas de
algún lugar de Tenerife de indudable parecido
con lo que será mi cabeza
cuando hayan vuelto
los colores perdidos
(azul y rojo y el verde mar del vaso de mi infancia
en el que me lavaba los dientes
bastante mal, de hecho).
y tienes los ojos
más claros de lo que piensas
y más claros de lo que nunca seremos
capaces de ver.

Hoy vamos a comer con tus padres
(y los ojos claros)
porque hoy es domingo
(y el chico andaluz)
me alegro realmente de verlos a todos
(parecen piscinas)
y de buscar en secreto a quién te pareces más:
(a los colores perdidos).

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