Gramsci yace sobre un lecho húmedo como el Cristo muerto de Mantegna. El
tiempo que pase con las sábanas dolorsamente adheridas a la piel es el
último. Gramsci, tras haber dado mucha guerra, es una metáfora del breve
siglo XX.
— Gramsci muere besando una estampa del niño Jesús,
conmovido. Uno de los fundadores del PCI se ha reencontrado con su niño
interior. Son igual de altos. Parten juntos, de la mano, en busca de su
dios. Una monja los despide.
—Gramsci muere girándose bruscamente hacia un muro para
apartarse de una monja que quiere convertirle. Gramsci muere solo, con
su cuñada, su hermano Carlo y la monja. Gramsci se abraza a sí mismo y echa a andar.
Llegado el momento, ve con Gramsci.
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