duermo en una habitación
reconstruida. la forma
de mi cuerpo es la forma
de otros cuerpos sobre
esta cama inmensa.
llena de polvo.
cuántas veces de pie
ante este espejo.
las plantas frías
sobre el suelo color
verde años setenta
y mi cuerpo desnudo
cárdeno y blando
años noventa.
una llamada telefónica
con mi primera novia,
allá en dos mil trece.
la alegría agotadora
no cabía en estas paredes
así que se acabó
sin yo saberlo.
por la puerta se filtra
grave, incipiente,
la voz de
mi hermano
desde una época futura.
cierro los ojos
en sus mejillas ásperas
y aún espero
besos lampiños.
solo es mi madre
que tiende sábanas
en la terraza.
su olor es mezcla
de suavizante
y primavera.
el centro de mis huesos
recuerda dormir juntas
veinte años atrás.
con ambas manos cubro
el contorno de una taza
caliente y hablo
con mi abuela
de personas muertas
ignorando sus lapsus de memoria.
la música de las películas
es una isla en el paso
del tiempo.
este domingo
soy eternamente
vieja.
Este es una auténtica maravilla (y los demás no se quedan cortos, pero este es realmente fantástico). No dejes nunca este blog.
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